Muchos niños víctimas de bullyingo de abuso sexual se sienten avergonzados, en condiciones de vulnerabilidad o debilidad, sienten culpa y por eso se abstienen de expresar lo que les está pasando.
Muchos padres acostumbran a regañar a sus hijos cuando les cuentan las cosas que pasan en el entorno en el que ellos se desempeñan. Les tildan de chismosos o habladores, esto se convierte en un apoyo para sus acosadores o abusadores, al tiempo que le niega al niño la oportunidad de expresar con libertad sus ansiedades o sufrimientos. El niño se siente solo, piensa que al contar lo que le está pasando lo van a acusar de chismoso o lo van a volver a regañar. Esto tiene una solución simple, dialogar con los niños, darles plenitud de confianza, hacerles sentir que crees en lo que ellos dicen, prestarles atención en todo y ayudarles a resolver sus problemas y a vencer sus temores.
Las víctimas de acoso suelen temer a las posibles represalias de los acosadores, esa es una de las razones por las que no cuentan lo que les está pasando. Parte de un razonamiento y es que ellos piensan que después de que ellos denuncian a su o sus agresores los adultos se irán a cumplir con sus tareas y ellos quedaran nuevamente solos a merced de sus hostigadores.
En los casos en los que los niños son víctimas de abuso, ellos suelen tener miedo porque piensan que los adultos les van a culpar o que van a decir que quizás ellos motivaron la agresión.
El principal temor de los niños víctimas de abuso o acoso es el pensamiento que si hablan del tema no les van a creer. Piensan que si hablan eso no cambiará en nada la situación, antes la empeorará. Muchos adultos confirman ese pensamiento porque cuando sus hijos les dicen que están siendo víctimas de Bullying no les prestan mucha atención, les dicen que eso no es nada, que esas son cosas normales del estudio o que a ellos cuando eran niños también les molestaban y ellos se defendían, que uno no debe ser cobarde o cosas por el estilo.
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